Reiki a distancia

 El Reiki a distancia funciona como un método de sanación por el cual mandamos energía sanadora a personas, mascotas o plantas que están lejos de nosotros, así como a situaciones pasadas y futuras. El receptor obtiene los mismos efectos, sensaciones y beneficios que en una sesión presencial.

enviar reiki a distancia

Las aplicaciones y beneficios son prácticamente infinitos: Encontramos solicitudes para dejar de fumar, conseguir un trabajo, quitar un dolor de cabeza o recuperar un amor perdido, por citar tan solo algunos ejemplos frecuentes. Esta forma de sanación transciende la dimensión espacio-temporal facilitando que, con la ayuda del símbolo hon sha ze sho nen (entre otros), la intención del reikista sirva de cauce para enviar la energía universal vital hasta donde desee que llegue.

Pueden beneficiarse de una sesión no solo una, sino varias personas a la vez. Abordaremos en este artículo distintos apartados: Las técnicas más utilizadas para guiar la energía a todo tipo de síntomas, situaciones o circunstancias que aquejan o preocupan a los pacientes, la cuestión de si hay que pedir permiso o no y los pasos a seguir en una terapia común.

Beneficios del reiki a distancia ¿Escepticismo e Incredulidad?

Por lo general, quien escucha el término por primera vez tiene una actitud escéptica, incrédula e incluso defensiva ante su interlocutor. Es frecuente que la contestación sea del estilo “¿Pero tú de qué vas?”.

escéptico

Las explicaciones sobre su fundamento son bastantes discutidas en la ortodoxia científica y el aprendiz de reikista solo reproduce, en multitud de casos, argumentos que ha aprendido de memoria sin profundizar en ello. Aquí tan solo nos atrevemos a sintetizar, en un escueto párrafo, lo que consideramos una síntesis de los argumentos a favor de su existencia.

El razonamiento básico subyacente es: Todo es energía (incluso la materia) y ésta lo inunda todo, por lo que estamos interconectados unos con otros por medio de esos espacios intersticiales. Todos los cuerpos emiten constantemente una vibración. No solo eso, sino que absolutamente todo lo existente en este mundo es vibración, inclusive nuestros pensamientos.

A un nivel más profundo, la explicación científica busca fundamentalmente cobijo en la física cuántica, aludiendo a planteamientos específicos como la Teoría de Cuerdas, el principio de resonancia simpática o las Ondas Scalar. El pensamiento, de esta forma, pasa a ser el “vehículo reiki” de conexión entre dos personas (por aquello de que el pensamiento son ondas y las ondas, a su vez, energía).

La intención de sanar la persona y/o sus circunstancias sería como una antena dirigida. La atención durante la sesión de reiki funcionaría, por otro lado, como un acelerador de dicho flujo de energía.

 

Hace falta pedir permiso ¿Sí o no?

Aquí el “mundillo del reiki” está dividido al respecto. Por un lado están los defensores del sí y los del no:

permiso foto

a) Hay un argumento muy extendido entre los terapeutas que afirma que hace falta obtener permiso para mandar reiki a distancia a una persona. Es necesario obtener su consentimiento porque si nos empeñamos en ofrecérselo, insistiendo constantemente en contra de su voluntad, no actuamos nosotros realmente sino que interviene nuestro ego y, consecuentemente, nos creamos karma negativo para nosotros mismos. Estos “terapeutas del si” o bien preguntan directamente o bien utilizan herramientas como la kinesiología para interrogar al Yo Superior del paciente si les concede dicho permiso.

b) Los que defienden que “no” es necesario se amparan en que no se trata de curar a la fuerza porque ¿Qué fuerza estamos ejercitando? En el fondo sólo se cambia la perspectiva del paciente, la posición de “cómo mira”. Un paciente, en términos de vibraciones, es una persona que se encuentra en una frecuencia baja. Por tanto ¿qué significa curar? Pues ni más ni menos que permitirle ver el campo infitito de posibilidades que tiene en su vida. Reiki es un instrumento terapéutico (no el único ni el último) que permite ver ese abanico y corresponde al paciente aceptarlo o rechazarlo. Podría resumirse en esta expresión:

Reiki a distancia = Amor a distancia

Rezar por otro ya representa, por sí solo, una método de enviar energía positiva a alguien. La energía enviada en reiki (presencial o alejado) es positiva, por lo que solo sirve para hacer el bien ¿Que la rechaza? Pues la energía va a la Madre Tierra y se acabó.

En esta web compartimos esta segunda visión de que no hay que pedir permiso a la persona, puesto que es “decisión” suya cerrar o abrir la puerta a esta energía sanadora, así como a la cantidad que necesita.

Cómo mandar reiki en 5 pasos

Un requisito previo indispensable para poder enviar reiki a distancia es haber superado el curso de nivel 2. La complejidad de la técnica utilizada está directamente relacionada con el nivel formativo del practicante. Un alumno de segundo grado trazará el símbolo Hon Sha Ze Sho Nen en los inicios, pero si tiene el grado de maestro reiki entonces podrá hacer uso del signo Daiko-Myo, por ejemplo. Recordemos que el signo Hon-Sha-Ze-Sho-Nen, o señal de la luz, es el símbolo más utilizado en estos casos.

enviar

No obstante, hay unas líneas comunes a todos ellos. A continuación te mostramos los pasos sobre como enviar reiki a distancia:

Paso 1: El terapeuta dibuja sobre la palma de sus manos mientras pronuncia tres veces el símbolo cho ku rei para activar la energía y después las junta en posición gassho (buscar imagen).

Paso 2: Coloca una mano de forma cóncava (como si sostuvieras un tazón) y con la otra traza en el aire el símbolo emocional SHK, visualizando que lo llevas hacia la otra mano. De nuevo, traza en el aire el símbolo HSZSN, y lo arrastra de nuevo hacia la otra mano.

Paso 3: Se juntan despacio ambas manos y se pide reiki para la persona por el motivo que le han dicho, utilizando cualquiera de estas técnicas anteriormente descritas (las siete).

Paso 4: Concentrate en enviar energía sanadora a la persona por un lapso de tiempo de entre 10 y 15 minutos.

Paso 5: Finaliza la sesión dibujando un cho ku rei para intensificar los efectos de la energía. Vuelta a la posición Gassho y fin.

Técnicas más comunes de envío:

Recordemos que el envío de reiki a distancia es un único método, y que las técnicas para enviarlo son variadas, aunque la expuesta anteriormente es una genérica común. En una sesión presencial se aplican 18 posiciones de las manos, siendo tan solo tres las máximas utilizadas: Cabeza, tronco y espalda. Algunos maestros lo aplican durante seis sesiones: Cuatro consecutivas diarias y dos de refuerzo en la primera y segunda semana posteriores al inicio del tratamiento.

Pese a la cantidad de formas particulares que hay (por aquello de que «cada maestrillo tiene su librillo»), te dejamos algunas bastante utilizadas:

  1. Técnica del intermediario o sustituto. Consiste en utilizar un objeto inanimado como un muñeco de peluche, un cojín o una almohada y aplicarle reiki simulando que es la persona.
  2. Técnica del nombre impreso, en la que se escribe en una hoja el nombre de la persona y la patología o situación traumática a tratar.  Se coloca el papel entre las manos y se envía la energía. También sirve para dirigirla a un grupo amplio de personas.
  3. Técnica de la rodilla. Esta es una de las más utilizadas. Se basa en pensar que tenemos a la persona apoyada o tendida sobre nuestras rodillas. Imaginamos que sobre uno de nuestros muslos está la parte delantera de la persona y en el otro la parte trasera.
  4. Técnica de la fotografía, cogiendo una foto de la persona y trazando (o bien con el dedo o bien dibujando con un lápiz por detrás) el HSZSN. Una vez hecho esto se coloca la fotografía de la persona sobre una mesa y, acercando ambas manos, se lo transmitimos.
  5. Técnica de disminución. A través de esta técnica imaginamos que la persona es tan pequeña que cabe en el hueco que formamos con nuestras manos.
  6. Técnica de apariencia. El reikista proyecta mentalmente que la persona está frente a ella y le aplica reiki como si estuviese realmente allí.
  7. Técnica del voluntario. Ésta no reviste mayor complejidad. Una persona se ofrece voluntariamente para que, al aplicarle reiki, sirva de puente para que la energía llegue a su destinatario.

 

El receptor no necesita prepararse de alguna forma específica. No es necesario hacer nada, aunque conviene estar tranquilo y relajado. Muchos terapeutas recomiendan que la persona, a una hora concreta, busque un lugar solitario o aislado, sin ruidos, y que imagine o visualice que una luz blanca inunda poco a poco su cuerpo o que acompañe el entorno con velas. Pero todo lo anterior es solamente para garantizar un confort mientras dure el tratamiento, ya que funcionará igual de todas formas.

 

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