Fluye-Osho
Fluye con la vida-Osho.
"...cuando vayas a hacer algo nuevo, no te vuelvas a sentir nervioso.
Los nervios son siempre inútiles porque desconocemos el futuro. Nunca llega de acuerdo con nuestras expectaciones o miedos. Tiene su propia manera de venir y no te consulta, así que, ¿para qué preocuparse innecesariamente?
Espera, y cuando venga, ya verás... lo que puedas hacer, hazlo. Todo el mundo es capaz de hacer cosas cuando hace falta. La vida te envía completamente preparado para todas las situaciones posibles.
Puedes fluir, y cuando fluyas no pidas sólo alturas, porque eso es una tontería. Si sólo pides alturas, ¿a dónde irán las profundidades? Si sólo pides felicidad y tienes miedo de la tristeza, ¿cómo vas a fluir?
Fluir significa ir a las profundidades, pero de una forma tan total que no haya resistencia. Fluir significa ir a las alturas, pero hacerlo de una forma tan total que no haya apego. Fluir significa permanecer libre para moverse: moverse con la vida allí donde ésta lleve, sea cual sea su objetivo desconocido. En cuanto empieces a fijar tu objetivo en oposición a la vida, no estarás fluyendo.
Si la vida quiere que estés triste, estate triste, la vida sabe lo que se hace. Si la vida quiere que grites y llores, grita y llora, la vida sabe lo que se hace. No empieces a intentar ser más listo que la vida misma, esa es la estupidez humana. Simplemente fluye con ella, sé como un niño pequeño que sigue a su padre. Puede que el padre tenga miedo de ir a donde va, pero el niño está feliz y contento, porque sabe que el padre está con él y sabe dónde está yendo.
He ahí la belleza de la mente religiosa. A eso yo lo denomino mente religiosa, una mente que confía en la vida y dice: "Vaya donde vaya, lo sabe mejor que yo. Yo acabo de llegar, soy nuevo, y la vida siempre ha estado ahí". Inténtalo...
Si cuando te llega la oportunidad dices que no te dirigirás a la tristeza, que sólo quieres la felicidad, no podrás fluir. Sólo es posible fluir si aceptas todo tal como es, incondicionalmente.
Podías haber profundizado más en ello si no tuvieras esa pequeña resistencia a ir a las profundidades. Ve a las profundidades y resurgirás; cuanto más profundo vayas, más alto llegarás. Es exactamente igual que los árboles. Cuanto más profundas son sus raíces, más se elevan sus ramas en el cielo, es siempre algo directamente proporcional. Si un árbol no quiere profundizar, tiene miedo de la tierra desconocida --oscura, misteriosa, sepulcral--, entonces el árbol no se podrá elevar hacia el Sol..
Así es como crecen todos los seres. La persona realmente madura siempre está preparada para dirigirse allá donde la vida la lleve. A eso es a lo que yo denomino madurez, a comprender que la vida es algo superior a ti, que tú no eres más que una diminuta parte de ella.
Así que, ¿para qué preocuparte? No hay ninguna razón. Fluye con la vida
Los nervios son siempre inútiles porque desconocemos el futuro. Nunca llega de acuerdo con nuestras expectaciones o miedos. Tiene su propia manera de venir y no te consulta, así que, ¿para qué preocuparse innecesariamente?
Espera, y cuando venga, ya verás... lo que puedas hacer, hazlo. Todo el mundo es capaz de hacer cosas cuando hace falta. La vida te envía completamente preparado para todas las situaciones posibles.
Puedes fluir, y cuando fluyas no pidas sólo alturas, porque eso es una tontería. Si sólo pides alturas, ¿a dónde irán las profundidades? Si sólo pides felicidad y tienes miedo de la tristeza, ¿cómo vas a fluir?
Fluir significa ir a las profundidades, pero de una forma tan total que no haya resistencia. Fluir significa ir a las alturas, pero hacerlo de una forma tan total que no haya apego. Fluir significa permanecer libre para moverse: moverse con la vida allí donde ésta lleve, sea cual sea su objetivo desconocido. En cuanto empieces a fijar tu objetivo en oposición a la vida, no estarás fluyendo.
Si la vida quiere que estés triste, estate triste, la vida sabe lo que se hace. Si la vida quiere que grites y llores, grita y llora, la vida sabe lo que se hace. No empieces a intentar ser más listo que la vida misma, esa es la estupidez humana. Simplemente fluye con ella, sé como un niño pequeño que sigue a su padre. Puede que el padre tenga miedo de ir a donde va, pero el niño está feliz y contento, porque sabe que el padre está con él y sabe dónde está yendo.
He ahí la belleza de la mente religiosa. A eso yo lo denomino mente religiosa, una mente que confía en la vida y dice: "Vaya donde vaya, lo sabe mejor que yo. Yo acabo de llegar, soy nuevo, y la vida siempre ha estado ahí". Inténtalo...
Si cuando te llega la oportunidad dices que no te dirigirás a la tristeza, que sólo quieres la felicidad, no podrás fluir. Sólo es posible fluir si aceptas todo tal como es, incondicionalmente.
Podías haber profundizado más en ello si no tuvieras esa pequeña resistencia a ir a las profundidades. Ve a las profundidades y resurgirás; cuanto más profundo vayas, más alto llegarás. Es exactamente igual que los árboles. Cuanto más profundas son sus raíces, más se elevan sus ramas en el cielo, es siempre algo directamente proporcional. Si un árbol no quiere profundizar, tiene miedo de la tierra desconocida --oscura, misteriosa, sepulcral--, entonces el árbol no se podrá elevar hacia el Sol..
Así es como crecen todos los seres. La persona realmente madura siempre está preparada para dirigirse allá donde la vida la lleve. A eso es a lo que yo denomino madurez, a comprender que la vida es algo superior a ti, que tú no eres más que una diminuta parte de ella.
Así que, ¿para qué preocuparte? No hay ninguna razón. Fluye con la vida
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