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Los personajes en los que vivimos

© 2020 La Mente es Maravillosa | Revista sobre psicología, filosofía y reflexiones sobre la vida.
Los contenidos de esta publicación se redactan solo con fines informativos. En ningún momento pueden servir para facilitar diagnósticos o sustituir la labor de un profesional. Le recomendamos que contacte con su especialista de confianza.
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 19 abril, 2020
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Confinamiento en pisos pequeños: el mundo en cuatro paredes

 19 abril, 2020
 Este artículo fue redactado y avalado por la psicóloga Valeria Sabater
No todos tenemos grandes terrazas, jardines o equipos de gimnasio. Una buena parte de la población realiza el confinamiento en pisos pequeños o incluso en habitaciones. En estos casos, es necesario tener en cuenta una serie de consejos.
Hay una realidad un tanto invisibilizada y no es otra que el confinamiento en pisos pequeños. Espacios reducidos donde el tiempo pasa a menudo mucho más despacio y a veces en condiciones complicadas. No podemos olvidar, por ejemplo, a los que viven en una habitación, estudiantes o grupos de inquilinos que habitan en un mismo espacio por razones laborales o personales.
Hay algo que está claro: la actual pandemia está actuando como temible igualador en lo que se refiere a la propia enfermedad y al impacto psicológico. Todos podemos contraer el coronavirus y todos experimentamos ansiedad e incertidumbre ante esta circunstancia y ante cómo pueda cambiar el mundo el día de mañana.
Sin embargo, cada uno de nosotros vemos y vivimos cada acontecimiento desde una circunstancia social propia. Cada rostro, cada mente y cada mirada atiende el devenir de los días desde un tipo de cristal. Hay ventanas tímidas incrustadas en pequeños habitáculos de nuestras urbes. Hay casas en estrechas callejuelas que apenas atisban la luz del sol.
Por contra, hay quien puede abrir su ventanal y permitirse incluso desayunar en su balcón o pequeña terraza. Otros pueden descansar y desconectar cuando deseen paseando por la calidez de un jardín o de un campo.
Como es de esperar, el impacto del confinamiento no será igual para esa familia que hace vida en un espacio reducido que en quien puede abrir la puerta, y desconectar leyendo bajo un árbol.
Salón representando el confinamiento en pisos pequeños

Confinamiento en pisos pequeños: la vida en un espacio reducido

El confinamiento en pisos pequeños supone, en muchos casos, tener que hacer vida en un espacio de poco más de 50 metros cuadrados (o incluso menos). El impacto, evidentemente, no es el mismo en caso de que sea una persona sola o una familia. No obstante, en la mayoría, esta realidad define a parejas con hijos y mascotas incluídas.
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Si la vida en estas condiciones ya era complicada antes del confinamiento, ahora lo es más. Al fin y al cabo, el devenir de la vida, de las rutinas y la cotidianidad, nos aleja durante muchas horas fuera del hogar.
Trabajo, compras, colegio… El equilibrio que nos aporta nuestra sociabilidad externa y la vida de la calle, se compensa con esos instantes de intimidad en casa donde a fin de cuentas, todo se lleva bien y nos sentimos satisfechos.
Por otro lado, el confinamiento en pisos pequeños es algo que puede tener una mayor complejidad psicológica entre jóvenes que comparten piso. La vida entre las cuatro paredes de una habitación puede ser muy desgastante psicológicamente. Asimismo, los problemas de convivencia son a menudo, otro ingrediente en ese cóctel que hace más o menos complicado el confinamiento.
Teniendo clara esta radiografía ¿qué estrategias podríamos seguir para mejorar nuestra calidad de vida en estas condiciones?

Pequeños espacios, actividades diferentes

Hay un aspecto que debemos tener en cuenta en caso de que hagamos el confinamiento en pisos pequeños: hay que diversificar espacios en la medida de lo posible y no realizar todas las tareas en un mismo lugar. ¿Qué significa esto? Pondremos varios ejemplos.
  • Las comidas no pueden hacerse en el sofá, en la cama o en ese mismo lugar donde vemos la tele o descansamos. Lo haremos en la mesa.
  • Si tenemos que teletrabajar, no lo haremos en el mismo lugar en el que comemos. Si es posible, podemos incluso desplazar esa misma mesa a otro espacio (ideal si es cerca de una ventana).
El objetivo es el siguiente: distraer a la mente. Si nos limitamos a comer, trabajar y ver la tele siempre en un mismo sitio la sensación de presión, agotamiento y frustracion será más elevada.

Un espacio pequeño debe salvaguardar los momentos de privacidad

Todos en casa necesitamos instantes en soledadUna o dos horas al día para estar con nosotros mismos es fundamental para cualquier miembro de la casa. Por tanto, siempre que sea posible, uno debe poder desconectar de los demás y acudir o bien a su habitación, un balcón o una terraza para poder leer, escuchar música, hacer ejercicio…
Chico con su gato representando el confinamiento en pisos pequeños

Rutinas: organizar tiempo es mejorar la calidad de vida

El confinamiento en pisos pequeños necesita también de esa estrategia tan básica en el contexto actual: rutinas. Más allá de lo que podamos creer, regular tiempos, tareas, momentos de ocio, de trabajo, de ejercicio, etc, es una ayuda para nuestra salud mental.
No importa si somos más activos o más pasivos, si lo nuestro es hacer limpieza o dedicar tiempo a hacer yoga, leer o dibujar. Ir cambiando de actividad es un estímulo altamente beneficioso.

Confinamiento en pisos pequeños: sol y vitamina D

Uno de los mayores problemas que pueden sufrirse durante el confinamiento en pisos pequeños es la falta de acceso a luz solar. Estudios como el llevado a cabo en la Universidad de California, Berkeley, por los doctores William Grant y Henry Laore, destacan que la falta de vitamina D, puede elevar el riesgo de contraer infecciones.
Un sistema inmunitario débil, con falta de esta y otras vitaminas, siempre es peligroso. Por tanto, en la medida que nos sea posible, debemos tomar contacto con el sol entre 15 o 30 minutos al día. Aprovechemos si tenemos acceso a balcones, ventanas o terrazas. De este modo, podremos aumentar nuestro nivel de vitamina D.
Habitación

Creatividad: pequeños espacios llenos de magia

Los pequeños espacios pueden tener un gran potencial. Tal vez durante estos días tengamos una oportunidad idónea para hacer pequeños cambios.
El objetivo es encontrar esos trucos que logren dar mayor luminosidad a ese piso, a esa habitación. Asimismo, con un poco de ingenio, ganas y creatividad podemos crear rincones llenos de originalidad y encanto para nosotros y los más pequeños de la casa.
En ocasiones, algo tan simple como usar una sábana para hacer un tipi indio puede dar la los niños uno buen rato de disfrute. El encanto de una casa, de un piso o de un espacio determinado, por pequeño que sea, lo crean sus habitantes.
La idea es cuidar de nuestras emociones, motivación, salud y esperanza para hacer que estos días sean algo más llevaderos.
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