Rompiendo pactos y votos
Tomado de la red
La ruptura de promesas, pactos y juramentos es muy común en el trabajo con la terapia regresiva.
Cuando se pronuncia una promesa se vuelca mucha energía e intención. Se produce entonces un vínculo entre dos personas ante una situación especial y excepcional como un nacimiento, una boda, accidentes, compromisos, etc. Las promesas suelen incluir palabras como “siempre” y “nunca”, de forma que se genera un contrato no escrito que vincula por siempre esa energía. Algunos ejemplos de promesas son
- Siempre estaré contigo
- Nunca te abandonaré
- No volveré a hacerte esto
- No lo volveré a hacer
- Voy a cambiar
- Te amaré siempre
- No te traicionaré
- Puedes confiar en mí
Cuando se pronuncian estas palabras y se genera el vínculo, se crea un contrato que, de romperse, produce un sentimiento de traición en la persona que ha recibido la promesa y un sentimiento de culpa en la persona que la pronunció.
Por ejemplo si yo te digo “siempre voy a estar contigo” y, durante un accidente, me encuentro fuera de la ciudad. Se producirá en tu interior el sentimiento de traición, soledad y abandono; pero también yo sentiré una gran culpa por no haber estado presente.
También sucede esto durante los emparejamientos o las celebraciones matrimoniales. En muchísimas ocasiones he ayudado a personas que no eran capaces de entregarse al amor de una nueva pareja porque aún mantenían unos votos de la anterior. Esto también es aplicable a otras experiencias o vidas pasadas. Cuando existe una promesa de amor en otra vida, se arrastra a esta, impidiendo encontrar el amor ya que “se sigue esperando a que vuelva la otra persona”
Las promesas que se realizan ante testigos tienen mayor fuerza que las que se realizan en solitario.
También las promesas que se realizan durante suceso emocionalmente intenso, como un accidente, generan un vínculo más fuerte. Si pienso que podrías haber perdido la vida y en ese momento te digo “jamás te volveré a dejar solo” el vínculo que generado es muy intenso.
Hay personas que vienen a consulta directamente con la promesa debajo del brazo, es decir, llegan diciendo “quiero romper esta promesa que no me deja avanzar”. Otras, en cambio, vienen con el síntoma y lo expresan como.
- Me siento muy culpable
- No puedo dejar a mi hijo solo
- No puedo entregarme al 100%
- No puedo pasar página
- No me puedo enamorar
- No puedo dejar de pensar en...
- Tengo miedo de alejarme de mi madre por si le pasa algo
- No me siento libre
- Me siento atrapado
- Me siento atascado
Estas frases suelen esconder una promesa o juramento.
El juramento es una promesa que se hace ante terceras partes,
como “te juro por mi madre”, “te juro por mi familia”, “te juro por dios”, etc. El juramento además de generar un vínculo entre las dos personas, lo genera con la tercera entidad. Es decir, si rompo el juramento,me sentiré también en deuda con el testigo del mismo. Hay mucha gente que siente un gran peso en su corazón porque está en deuda con su hijo, su madre o Dios debido a un juramento incumplido.
Las promesas también pueden impedir el duelo. Si se tiene un vínculo en forma de pacto, promesa o juramento con una persona fallecida, no se podrá completar el duelo hasta que se rompa. La promesa más común es “siempre estaré contigo” y genera un gran sentimiento de soledad y vacío cuando fallece la persona que la pronunció.
También existen votos eclesiásticos de personas que fueron, en esta u otra vida, sacerdotes, monjes o monjas pero erraron la vocación y dejaron su vida eclesiástica. En consulta me suelen indicar que, desde entonces, no pueden entablar una relación afectiva o no pueden continuar con la vida que quisieran. En este caso existen unos votos muy intensos con Dios y con la Iglesia. Otras veces los votos de pobreza, castidad y obediencia parecen producirse en otras experiencias vitales y se arrastran a esta. Son la causa de sentirse “sin dinero”, “sin poder entablar relaciones” o “conductas de sumisión”.
El objetivo de la terapia es recuperar la energía perdida durante la promesa o durante el incumplimiento y romper el vínculo para que no vuelva a afectar a la vida
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