Los 4 elementos

ELEMENTOS DE LA NATURALEZA Y SU SIGNIFICADO


Agua, Fuego, Tierra y Aire son los 4 Elementos  de la Naturaleza y se pueden definir como las energías arquetípicas que tienen su efecto en nuestro ser, nuestra conciencia y forma de entender el mundo. Aunque los reinos elementales son en realidad 5: Agua, Fuego, Tierra, Aire y Éter (espíritu).

Los cuatro elementos de la astrología clásica occidental representan cuatro formas en las que la energía se manifiesta, cuatro expresiones del todo, desde su forma más densa y pesada a la más inmaterial. Hay otras formas de energía, puesto que en el universo todo es energía, pero estas cuatro bastan para describir todo el amplio espectro de las manifestaciones físicas y psíquicas de los organismos: la Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego.

Debe entenderse que al referirnos a “Agua” no es exclusivamente al compuesto (H2O); o al hablar de la tierra no sólo se habla de “tierra de plantas y hojas”. En este contexto, la palabra elemento se refiere más al estado de la materia (o sea, sólido/tierra, líquido/agua, gas/aire, plasma/fuego) o a las fases de la materia (como en las cinco fases chinas), que a los elementos químicos de la ciencia moderna.

La teoría de los cuatro elementos es muy antigua (por ejemplo, en china se desarrolló en el segundo milenio antes de Cristo) y se originó debido a la observación de la naturaleza. La gente se dio cuenta de que se podía hacer un ciclo de creación o destrucción con las cuatro cosas básicas de las que dependía para poder sobrevivir: el aire para respirar, el agua para beber, el fuego para calentarse y la tierra para comer. Si alguna de esas cuatro cosas faltaba el equilibrio y el ciclo se rompían dando lugar a la muerte. Durante la Edad Media, se recoge el pensamiento aristotélico, y son los alquimistas los que nos hablan de los cuatro elementos en relación: el Fuego con el Oro, el Aire con la Plata, el Agua con el Mercurio y la Tierra con el Plomo. Es sumamente interesante asimismo la unión que hacen de estos cuatro elementos cósmicos con cuatro elementos o cuatro cualidades psicológicas encerradas en el ser humano: el Fuego relacionado con el Saber, el Aire con el Osar, el Agua con el Querer y la Tierra con el Callar.

La astrología ha usado el concepto de los elementos clásicos desde la Antigüedad hasta el presente. Muchos de los astrólogos modernos usan en sus análisis los cuatro elementos de la antigüedad griega, y además los consideran una parte importante de la interpretación de la carta astral.

Así, al hablar del Elemento Tierra nos referimos a todos los principios “sólidos”, estables, consolidados, firmes o coagulantes, tanto en niveles físicos, emocionales, mentales o espirituales. El Elemento Agua a todos los principios “acuosos o líquidos”, fluidos, fluyentes, adaptables e, incluso, solventes. El Elemento Aire se refiere a todos los principios “gaseosos”, informes, expandibles, sutiles y volátiles. Al referirnos al Fuego entendemos con él a todos los principios “ígneos y energéticos”, tales como la electricidad, por ejemplo; el fuego también representa la expansión, la energía, la vitalidad, el furor y la vitalidad.

 

 

En la alquimia los 4 elementos se representan con triángulos equiláteros

Un triángulo que apunta al cielo significa el elemento Fuego. Si apunta hacia arriba pero está atravesado por una línea horizontal, se trata del elemento Aire porque el aire siempre se alza por encima del fuego. Si el triángulo equilátero apunta hacia abajo está simbolizando al elemento Agua. Si apuntando hacia abajo el triángulo es atravesado por una línea horizontal, representa al elemento Tierra porque el agua siempre penetra en la tierra.

Estos cuatro triángulos alquímicos juntos forman un hexagrama que actúa como un poderoso símbolo en todo lo relacionado con la transmutación.

En el Universo todo es vibración y los elementos Tierra, Agua, Fuego y Aire no deben interpretarse únicamente en su sentido puramente material sino conceptual, ya que constituyen la síntesis de todas las manifestaciones físicas y psíquicas de cada ser

Todo cuanto hagamos en nuestra vida es un ritual y tiene un simbolismo muy personal y cada uno le da el valor que tiene en su corazón, por ello es importante saber sumergirse en las profundidades de nuestro propio universo, conocerlo, comprenderlo, amarlo, aceptarlo, respetarlo, para así sanarlo y entrar en armonía con cada elemento.

 

 

Los estados de la materia, según la ciencia moderna y, en menor grado, también la tabla periódica de los elementos y el concepto de combustión (fuego) pueden ser considerados sucesores de aquellos modelos tempranos.

Por lo tanto, según estos principios, dentro de nosotros tenemos los cuatro elementos básicos de la naturaleza, e intentar equilibrarlos significa la evolución, el camino correcto, nuestra misión. Cada uno de nosotros tiene de principio su propio equilibrio de los elementos obtenido al nacer, de los cuales siempre hay algunos que predominan por encima de los otros. Es relativamente fácil determinar cuál de ellos es el que más proporción pesa en nosotros, sólo tenemos que conocer el signo zodiacal de nuestro nacimiento y comprobaremos que efectivamente coincide con nuestros más profundas sensaciones (salvo rarísimas excepciones), o sea, los nacidos bajo Aries, Leo y Sagitario tienen el fuego como primordial, a los nacidos bajo Tauro, Virgo y Capricornio les predomina la tierra, el agua abunda principalmente en Cáncer, Escorpio y Piscis, finalmente el aire es el amigo primario de Géminis, Libra y Acuario.

A medida que el ser humano individual va equilibrando la composición de sus elementos aparece la paz, la salud, la estabilidad. La mayoría de problemas de salud provienen por fuertes des-equilibrios entre dichos principios, de ahí que muchas de las medicinas naturales y alternativas que existen actualmente (y que funcionan bastante bien), se basan simplemente en intentar equilibrar por diferentes medios los elementos, aunque la curación real y verdadera nace del interior del ser, y de la plena aceptación, por meditación profunda, de cual es ‘nuestro’ lugar en el mundo, ‘nuestra’ misión, de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Posiblemente no sabes de manera real lo que significan las iniciales: I.N.R.I. que fueron colocadas en la cruz de Jesucristo. Es fácil, sólo hay que conocer la traducción de los símbolos de los elementos al hebreo, o sea, IAM que significa agua, NOUR que es el símbolo del fuego, RUACH que es el aire (o espíritu) y IABESHAD que es la tierra. Uniendo las cuatro iniciales de los símbolos aparece I.N.R.I. En la antigüedad se reconocía a los grandes maestros con este símbolo que indicaba: el que había equilibrado a los 4 elementos.


Tomado de la red

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