El excluido en la familia desde la perspectiva transgeneracional

 


En el estudio del sistema familiar y la psicogenealogía, la figura del excluido ocupa un lugar central. Este término se refiere a aquella persona que, por diversas razones, fue marginada, olvidada, repudiada o excluida del campo familiar consciente. Puede ser un ancestro, un pariente cercano o incluso un miembro directo que fue invisible o rechazado.


¿Quién es el excluido?

El excluido no siempre es fácil de identificar. No siempre es una persona con comportamientos socialmente condenables; muchas veces, es alguien que sufrió una situación dolorosa que la familia decidió no nombrar para “protegerse” o para “olvidar un trauma”. Algunos ejemplos típicos de excluidos son:

  • Hijos no reconocidos o abortados silenciosamente.

  • Parientes que cometieron errores o delitos.

  • Personas con enfermedades mentales o discapacidades.

  • Individuos que se fueron de la familia o fueron expulsados.

  • Víctimas de abusos o muertes tempranas no procesadas.


¿Qué consecuencias tiene la exclusión?

Cuando un miembro queda excluido, el sistema familiar queda desequilibrado. Según Bert Hellinger, creador de las constelaciones familiares, el orden del amor exige que todos los miembros tengan un lugar. La exclusión genera:

  • Cargas invisibles para los descendientes, que pueden manifestarse como síntomas físicos, emocionales o comportamentales.

  • Repetición de destinos trágicos, como enfermedades, fracasos, rupturas o pérdidas.

  • Sentimientos de vacío, abandono o culpa en generaciones posteriores.

  • Desequilibrios en la estructura del sistema, provocando desórdenes emocionales.


El lugar del excluido y la reparación

El primer paso para sanar el sistema es reconocer al excluido y darle un lugar simbólico. Esto no implica necesariamente justificar conductas, sino reconocer que la exclusión genera sufrimiento para todos.

Las herramientas de la psicogenealogía y las constelaciones familiares buscan:

  • Visibilizar al excluido: nombrarlo, poner su foto o símbolo en el centro.

  • Honrar su historia, por más dolorosa que sea.

  • Reintegrarlo simbólicamente al sistema para restablecer el equilibrio.

  • Liberar a los descendientes de las cargas invisibles que el rechazo genera.


Ejemplo práctico

En una constelación, se puede representar al excluido con un representante y observar cómo la familia reacciona. A menudo, surge una fuerte tensión o un sentimiento intenso. Reconocer el lugar del excluido con frases como:

“Tú también perteneces a esta familia. Te veo y te acepto tal como eres.”

permite que el sistema se calme y la energía fluya de nuevo.


Consejos para trabajar con el excluido

  • Investiga la historia familiar con curiosidad y respeto.

  • No juzgues, busca entender el contexto histórico y emocional.

  • Considera hacer rituales o actos simbólicos de reconocimiento.

  • Busca acompañamiento profesional para procesos profundos, como constelaciones o terapias psicogenealógicas.

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