Mujer medicina

 

Mujer Medicina – La que recuerda el lenguaje olvidado

Una Mujer Medicina no es solo una curandera, es un puente. Una alquimista del alma.
Camina entre los mundos con los pies descalzos sobre la tierra húmeda y el corazón abierto al canto de lo invisible.

Ella no necesita un título. La llaman bruja, sanadora, salvaje, visionaria. No importa el nombre, porque su poder nace de una raíz más profunda: la memoria del alma femenina que nunca fue del todo extinguida.

La Mujer Medicina recuerda cuando la Tierra hablaba y nosotras escuchábamos. Cuando el cuerpo era templo y el útero, oráculo.
Recuerda cómo sanar con plantas, con palabra, con silencio.
Recuerda cómo llorar para liberar, cómo reír para despertar, cómo sangrar para nutrir la vida.

No todas nacen sabiendo que lo son, pero todas pueden despertar.
Porque ser Mujer Medicina no es aprender algo externo, es quitar las capas de olvido para volver a escuchar tu propia voz interna.

Ella no se somete a dogmas. Su altar puede ser un bosque, una vela encendida, una taza de infusión en la madrugada.
Sabe que la medicina más poderosa no viene de fuera, sino de su capacidad de sentir, de amar, de sostener y de soltar.

Y tú, si estás leyendo esto, ya la llevas dentro.
Solo necesitas recordar.