Algunos libros de brujitas


El libro de las sombras es uno de los libros prohibidos que mayores desafíos presenta para el amante del ocultismo y las ciencias esotéricas, ya que está plagado de enigmas y de extrañas referencias a otros libros que, o bien están perdidos, o nunca fueron escritos.

De los doce volúmenes originales de El libro de las sombras sólo sobreviven seis, encuadernados en diferentes tipos de cuero, y todos con la misma cantidad inquietante de páginas: 666.

El libro de las sombras tiene su origen en Praga, ciudad capital de la magia y el ocultismo dónde los más tenebrosos nigromantes de la Edad Media y el Renacentismo encontraron un refugio ideal para sus mórbidas reflexiones.

El nombre original de la obra es Iah Ashgùl Teth Nùbbhra, que en sumerio significa: El libro de los que se agitan en las sombras, aunque dentro de los círculos esotéricos de la época victoriana simplemente se lo denominaba: Libro de las sombras.

Todas sus páginas están escritas en código y durante muchos años sus secretos permanecieron en el terreno de las conjeturas. El estudio de otras obras esotéricas asociadas a El libro de las sombras hace evidente que muchos iniciados en la magia ceremonial conocieron y de hecho llevaron adelante una gran cantidad de experiencias basándose en sus consejos.

Pero no fue hasta 1763 que los recónditos secretos de El libro de las sombras vieron la luz más allá de los laboratorios de los iniciados.

William Andrew Lang —autor de: El libro azul de los cuentos de hadas (The Blue Fairy Book)El libro rojo de las hadas (The Red Fairy Book) y El libro verde de las hadas (The Green Fairy Book)—, quien realizaba un estudio sobre la vida del rey Olaf Haraldsson y sus cimientos en la mitología nórdica, insólitamente se topó con un abandonado pergamino en las catacumbas de la catedral de Nidaros, Noruega; donde se daban extensos detalles sobre la decodificación de un antiguo dialecto secreto utilizado por los monjes escandinavos en sus estudios sobre astronomía y diversas actividades prohibidas para los hombres de fe.

Aquel pergamino sería la clave para la decodificación de El libro de las sombras.

Nos encantaría extendernos sobre la fascinante lectura de este código, pero nuestra idea es hablar sobre los misterios que esconde El libro de las sombras y no sobre cómo esos misterios pueden leerse impunemente.

Para dar una noción general sobre el código, diremos que está escrito en griego, más precisamente en un dialecto helénico hablado en Arcadia, y consiste en la interposición de dos sílabas griegas con una árabe; haciendo al texto poco menos que impenetrable ya que carece de vocales físicas y sus consonantes son numéricas, es decir, no están implícitas en el texto, sino que surgen a través del análisis comparativo de los valores numéricos de las sílabas griegas y árabes.

Pasaron más de sesenta años hasta que otro especialista se dedicó al estudio de El libro de las sombras: el lingüista Eothar M. Istvanolov.

Cierta tarde, paseando por las lúgubres calles del barrio hebreo de Praga, Istvanolov ingresó en la casa de un anticuario, fallecido recientemente, cuyas pertenencias estaban siendo rematadas por sus familiares.

Allí, el lingüista reparó en una serie de libros extraños. En una de sus cartas, Istvanolov comenta que la anciana esposa del anticuario le vendió los seis volúmenes de El libro de las sombras a un precio irrisorio ya que, dijo, nada valían unos libros que no podían leerse.

Basándose en los estudios de Lang, Istvanolov se sumergió obsesivamente en el estudio de El libro de las sombras, pasión que lo llevaría, eventualmente, a la locura y el suicidio.

Cada uno de los seis volúmenes habla de los Círculos de la Oscuridad, como si se tratase de un círculo descendente hacia el mal absoluto, el cual, afortunadamente, estaría descrito en los seis libros perdidos.


Los Doce Círculos de la Oscuridad son grados o iniciaciones, preparativos previos para la gran transformación en la mente del oficiante.

Cada libro es un escalón que se conecta con otro libro, ya que el saber de las ciencias esotéricas nunca se oculta en un sólo texto.

El conocimiento es ascendente: primero aprendemos las letras y luego aprendemos a formar oraciones. Con los hechizos, conjuros, y demás trabajos esotéricos de Alta Magia sucede lo mismo.

El libro de las sombras posee seis claves de las doce originales, y cada una es en sí misma un comienzo y un final; es decir, quien sólo pueda leer en sus páginas un compendio del saber esotérico sólo podrá utilizar ese saber sin poder acceder a las vertientes que el mismo libro propone.

Todos los hechizos de El libro de las sombras pueden realizarse individualmente, pero quien se atreva a conectar esos hechizos con los restantes libros mágicos se expone, como en el caso de Istvanolov, al tormento más espantoso.


En su juventud, el mitólogo Max Müller intentó encontrar las conexiones entre El libro de las sombras y otros manuscritos esotéricos clásicos. Descubrió que aplicando una lectura aleatoria cada página impar comienza con un valor numérico que simboliza la palabra babilónica Vathar, que significa «bifurcación».

Ahora bien, era común en la Edad Media que un texto incluyera distintos tratados, todos en un mismo volúmen, en cuyo final los copistas redactaban la palabra bifurcatio, lo que indicaba que ese manuscrito concluía en otra parte.

Müller, estimulado por su descubrimiento, continuó su análisis y terminó encontrando un extraño método en las páginas de El libro de las sombras:

Así como las páginas impares comenzaban con la palabra Vathar, las páginas pares comenzaban todas con otro vocablo babilónico: Inna, que significa: «acumulación, saber, conocimiento»; y terminaban con la abreviatura del título de seis obras, todas ellas esotéricas:

  • Libro Primero-Agnù Estelea Dùmmath.
Escrito por el astrónomo Bael Ben Shamuah, en Damasco, 544 d.C.
  • Libro segundo-Ut Maeg Agmash.
Autor anónimo, fechado en Ítaca, alrededor del sigo II d.C.
  • Libro Tercero-Pulvis et Umbra.
Por el nigromante romano Praetor Óptimo Celino, año 55 a.C.
  • Libro Cuarto-Geständnis eines gotischen Mönchs.
Anónimo, 1238.
  • Libro Quinto-Prima lunaris Mortem perpetua.
Escrito por el abad benedictino Enrico Ulter Eothar, 1117.
  • Libro sexto-Lothrann muth al Icegh Tamnath.
Al Kuwarizimi, Bagdad, 833 d.C. En este autor se basó H.P. Lovecraft para encarnar al árabe loco Abdul Alhazred que escribió el Necronomicón.

Ahora bien, El libro de las sombras actúa como una introducción a estos otros libros esotéricos, cuya funcionalidad sigue siendo independiente, pero que adquieren una nueva dimensión con los consejos e indicaciones que se dan con el método de Müller.

Sin El libro de las sombras todo aquel saber oculto permanecería en el olvido, conminado al destierro sólo por contener una sabiduría que contradice el orden establecido por la ciencia ortodoxa.


Los seis volúmenes que sobreviven son el nexo para:

1) El conocimiento mágico de las revoluciones estelares.

2) El poder de crear espectros y fantasmas con el pensamiento:
Es decir, criaturas del bajo astral cuya supervivencia se prolonga unas 72 hs y que puedan servir a su creador en diferentes tareas, las cuales se reducen casi siempre a variantes de una misma: ingresar en el lecho de una persona a la que se quiere enamorar y susurrarle al oído mientras duerme aquellos conjuros y palabras mágicas que culminarán con un absoluto sometimiento de la voluntad.

3) El poder de la ilusión:
Este tipo de hechizo tiene como fin una distorsión de la realidad percibida por un tercero, y cuya finalidad radica en que el iniciado pueda mostrarse bajo diferentes rostros y formas, las cuales sólo adquieren realidad para el hechizado.

4) El poder del reconocimiento:
Sirve para que quien se inicia en los trabajos esotéricos de magia oscura pueda reconocer a otros iniciados de su mismo nivel.

5) Poder sexual:
Provee al mago de un atractivo irresistible, el cual puede ser canalizado hacia una persona en particular.

Casi siempre se lo utilizaba para atraer a una mujer u hombre en aquellos rituales esotéricos en los que se requería la realización de diversos actos sexuales, en general poco convencionales. Muchos brujos y brujas lo utilizaban simplemente para satisfacer sus instintos sexuales cuando llegaban a la senectud.

6) El poder de la noche:
En estos rituales están basados casi todas las primeras leyendas sobre vampiros.

El ritual de la noche:
Permite al mago observar la verdadera realidad de la oscuridad nocturna, convirtiéndose él mismo en una criatura de la noche. Por lo general, cuando los viejos magos llegaban a la ancianidad más decrépita, llevaban a cabo este ritual, el cual dotaba de una increíble vitalidad al brujo.

Este complejo ritual esotérico tenía lugar después de haber recorrido todos los círculos anteriores, y tenía un precio ciertamente alto: Vivir sólo de noche, huyendo hacia las oscuras catacumbas o lóbregos sótanos cuando el sol estallaba en el este, y algo peor, mantener una existencia motivada por un sólo anhelo, sólo un deseo que carcomía la voluntad del más temerario: beber la sangre de los humanos.

Con el tiempo, seguramente daremos cuenta de algunos detalles sobre los conjuros, trabajos y hechizos de El libro de las sombras.

Tomado de la red

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