Sexo tántrico

 Claves para iniciarnos en el sexo tántrico


“Sexo Tántrico” es una manera de nombrar a cierto
 tipo de experiencia sexual. Esta puede describirse, 
explicarse, discutirse; pero lo más útil es vivirla. 
Sea entonces este texto, una invitación a disponer 
de cuatro horas dos veces por semana (cuando menos) 
para gozar de esta práctica.

En el Sexo Tántrico, el orgasmo (cuando menos el masculino) 
debe quedar de lado. Esto, porque implicaría la
 finalización de la vivencia, y la idea es prolongarla.
 Pero las sensaciones físicas que se 
obtienen al “aguantarse” son tan intensas, 
que detonan un  proceso mental fructífero y exquisito.

Así que otra forma de explicar el Sexo Tántrico, 
es que los implicados busquen darle
 un uso introspectivo, al coctel 
de sustancias responsables del goce sexual. 
Esto se logra permitiendo que estas “drogas” 
eróticas y naturales fluyan más allá de los genitales; 
y lleven placer al cuerpo entero.

Claro que para lograrlo es necesario dejar 
las preocupaciones y el estrés fuera de la habitación 
que se comparte con el respectivo amante
 (esposa, novio, amiga, compañero, vecina). 
Nadie dice que sea fácil ausentarse durante 
algunas horas del mundo; apagar el celular 
y sobre todo suprimir los pensamientos 
que no vienen al caso. 
Pero ese es precisamente el propósito 
de aprovechar las sustancias que estimulan 
el deseo: excederse en ellas para entrar 
en contacto profundo con uno mismo 
(y en consecuencia, con la persona que está contigo). 
Esta es otra forma puntual de describir al Sexo Tántrico.

Y no es un tema solo para iniciados; ya que cualquier
 pareja con disposición –sin importar la edad- 
tiene oportunidad de experimentarlo. 
Y mientras más joven se aprenda, qué mejor. 
Todo un reto, para quienes hemos desarrollado 
una sexualidad con las limitaciones 
que se imponen en la Cultura Occidental.

Una cuestión importante es el conocimiento
 de tu propio cuerpo. Cada individuo 
tiene sus detonantes y preferencias, 
tanto físicas como mentales. 
Así que esta será la oportunidad de aplicar 
todo lo que se ha aprendido a través del onanismo. 
Y ojo: esto implica también que una pareja 
no siempre experimentará el Sexo Tántrico de forma simultánea. Así que muchas veces habrá que servirle al otro para que tenga 
la experiencia; y lo más indicado será 
que el otro corresponda, 
permitiéndonos “utilizarlo” para el mismo fin.

Una cama amplia; sábanas al gusto; iluminación tenue
 (que tienda a amarillos o rojos); música muy progresiva 
(definiéndola como estado y no como género); 
pueden ofrecer un contexto que facilite las cosas. 
El propósito de excluir tus problemas tiene 
que ver con la necesidad de no sentir prisas: 
permite que la atracción y el deseo por tu pareja
 se tomen el tiempo necesario para hacer lo suyo.

Sin timidez, sin miedo; lo mejor es dejar 
que hormonas y feromonas activen las partes 
más recónditas del cerebro. Para que las
 caricias y estímulos visuales se adueñen 
del cuerpo es necesario simplemente “dejarse ir”. 
Pero evita terminar a la primera. Permite que las sustancias se acumulen lo suficiente antes de pasar (o dejar pasar) a la penetración. 
Lo restante es mantenerse ahí tanto como sea posible; 
disfrutando el estímulo sin dejar que gane esa ansiedad que nos empuja al orgasmo.

Como sugiere el argentino Eliseo Subiela 
(en su excelente película “No Mires para Abajo”, 
que habla sobre este tema) puedes comenzar 
contando: una, dos, tres, cinco, siete, 
y repentinamente lanza una fuerte acometida 
con tu cadera; muy profunda. 
Crea un ritmo y en pocos segundos destrúyelo. 
Crea otro nuevo y sigue así, hasta que pierdas la noción de la hora y del espacio.
Hasta que el mundo desaparezca.

No tengas miedo si llegado el momento 
descubres que has dejado de pensar. 
Si en un punto, tu cuerpo y mente están más allá de ti. 
Shakespeare describía el acto sexual como jugar 
“a la bestia con dos espaldas”; simbología 
que aplica bien para el Sexo Tántrico. 
Seguramente lograrás sentirte desnudo 
ante el Universo abierto; y sin tiempo. 
Probablemente entiendas (o incluso veas) 
cómo era el planeta de recién nacido. 
Quizá te aventures a volar de madrugada 
sobre sus aguas y entre las selvas vírgenes.
¿Suena alucinado? Pues de eso se trata el Sexo Tántrico.
 Es probable –incluso- que al final te abstengas del orgasmo.

Es obvio que este tipo de experiencias 
no pueden practicarse a diario. 
Aprovecha de preferencia los días del 11 al 16 
del ciclo sexual femenino (de 28 días); 
pero toma tus precauciones, ya que del día 9 al 22 
son mayores las probabilidades de un embarazo. 
Tampoco es recomendable que dejes de 
lado los otros (y muy diversos) tipos de prácticas
 y estimulaciones sexuales. 
Todas son importantes y significativas. 
Pero puedes darte Sexo Tántrico una o dos veces por semana, 
y mirar muy adentro en tu ser. La única clave para lograrlo, es fluir.



Belén María Bloksa

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